Qué son los mamíferos
Los mamíferos, al
igual que las aves, son descendientes directos de los reptiles. Sin embargo,
hay tres características que les hacen fáciles de reconocer:
• Presentan
pelos sobre la mayor parte de su superficie corporal.
• Producen
leche para alimentar a sus crías.
• Son endodermos,
es decir mantienen una temperatura corporal estable, gracias al calor que
producen sus procesos fisiológicos.
• Las crías
de todos los mamíferos nacen vivas, y son objeto de un cuidado por parte de sus
padres, el cual tiene una duración que varía según la especie, ya que este
cuidado se prolonga hasta el momento en el cual la cría puede valerse por sí
misma y encontrar su propio alimento.
Dentro de los
mamíferos existen tres clases:
• Los
monotremas, quienes al parecer son los más primitivos y presentan
características atípicas en los mamíferos, como tener los hijos por medio de
huevos.
• Los
marsupiales, que se distinguen por presentar una bolsa llamada marsupio, donde
sus crías recién nacidas permanecen hasta completar su desarrollo.
• Por
último están los placentarios, entre los cuales se encuentra la mayoría de los
mamíferos actuales. Se distinguen por tener una conexión nutritiva llamada
placenta, entre el útero y el embrión.
Dentro de los
mamíferos han surgido varias estrategias para afrontar el medio donde se
encuentran, dando como resultado una gran diversidad de formas y
comportamientos. Entre ellas el cuidado parental relativamente largo y esmerado
es tal vez la estrategia más utilizada y el secreto del éxito evolutivo de
estos animales.
Si seguimos de cerca a
todos los mamíferos, nos damos cuenta de que los humanos somos los menos
especializados: somos omnívoros, a diferencia de la mayoría de las especies,
que se han especializado en comer carne o vegetales. Nuestras extremidades son,
aunque muy útiles, no tan especializadas para una forma específica de
locomoción. Por otro lado, no vemos tan bien como las águilas ni nuestro olfato
es tan fino como el de los cánidos.
En fin, hay muchos
animales que corren más rápido, nadan más rápido o trepan mejor que nosotros,
¿si no hacemos nada “especialmente" bien, porqué nuestro éxito evolutivo?.
En realidad ese éxito, que a veces parece un desastre evolutivo, se debe a
nuestro cerebro. Este nos permite, aunque no siempre lo hagamos, razonar y
aprender a manejar de una manera inteligente nuestro medio circundante, característica
a la que debemos la situación actual de nuestra especie, ya que manipulamos las
más diversas condiciones climáticas, atmosféricas y de oferta nutritiva dentro
del planeta. Pese a todo esto, existe una barrera física que no podremos
manejar y es cuando se acaben todos los recursos de los que dependemos. Aún
seguimos siendo una especie animal que depende de un conjunto de relaciones con
otros seres vivos para sobrevivir.
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